células madre

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sábado, 30 de octubre de 2010

Medicina regenerativa -2a. parte-Tipo de célula

Tipo de célula
En estudios experimentales se han evaluado diversos tipos de poblaciones celulares para su aplicación en la terapia celular del corazón, denominada cardiomioplastia. Las células empleadas en este proceder han sido las células embrionarias, los mioblastos y más recientemente ha adquirido gran auge la célula madre hematopoyética.15,24 Sus principales características se muestran en la tabla 1.
MA: infarto agudo del miocardio; CIC: cardiopatía isquémica crónica; MO: médula ósea; SP: sangre periférica; FC-G: factor de crecimiento granulocítico; FEVI: fracción de eyección del ventrículo izquierdo; VSF: volumen sistólico final; MS: mejoría significativa.
El tipo de célula más lógico para la terapia celular sería el cardiomiocito normal, pero se ha demostrado que el trasplante de cardiomiocitos adultos y fetales da lugar a injertos muy pequeños y usualmente mueren después de implantados, debido a su baja capacidad de división. El mioblasto esquelético ha sido hasta el momento la fuente de células más empleadas, sobre todo en estudios experimentales, teniendo en cuenta que son células con una alta capacidad proliferativa in vitro, su propia esencia de ser células provenientes del tejido muscular, por lo que tienen pocas posibilidades de formación de tumores, y por otra parte, son de fácil obtención de forma autóloga y muy resistentes a la isquemia.25 Trabajos en que se han empleado modelos animales con cardiopatías, tanto agudas como crónicas, han demostrado la capacidad de los mioblastos esqueléticos para lograr un implante duradero, cuando se trasplante un número suficiente de células. Entre sus inconvenientes está que el acoplamiento eléctrico de estas células implantadas es objeto de controversia, ya que en trabajos experimentales se han detectado arritmias y hasta muerte súbita.26 Todo esto ha limitado su uso para la terapia celular. Sin embargo, se han publicado 6 ensayos clínicos en humanos, inyectando mioblastos conjuntamente con otros procedimientos para revascularizar las coronarias, y los resultados han demostrado una mejoría de la función miocárdica, sobre todo, la función sistólica. Esta fuente de células se continúa investigando por las potenciales ventajas que posee.27
Las células embrionarias tienen la gran ventaja de su probada capacidad de diferenciación, pero enfrentan, sobre todo, problemas éticos, y además son potencialmente carcinogénicas.28 Por todo esto, ha tomado auge el trasplante de células madre provenientes de la MO. Existen limitaciones teóricas para utilizar clínicamente la MO como fuente de células madre para regenerar el miocardio. Aunque la mayoría de los autores encuentran que estas células se diferencian hacia cardiomiocitos, en otros trabajos no se ha demostrado esta potencialidad.29 El mecanismo de diferenciación, para la mayoría de los autores, está condicionado por la plasticidad de las células progenitoras. Posteriormente, este concepto de plasticidad fue cuestionado, ya que no se observó una verdadera transdiferenciación y entonces se ha propuesto un mecanismo de “fusión celular” como una posibilidad alternativa. Recientemente, se ha expuesto que el mecanismo que sostiene la terapia celular es más complejo de lo que se había anticipado y que las células progenitoras liberan factores angiogénicos, protegen a los cardiomiocitos de la apoptosis, inducen la proliferación de los cardiomiocitos endógenos y pueden reclutar las células madre cardíacas residentes en el corazón. También se adjudican ciertos efectos paracrínicos a las células implantadas que podrían contribuir a la producción de vasculogénesis y remodelación ventricular.30,31 Independientemente del mecanismo que sea, sí existe un consenso general de que la terapia celular tiene la potencialidad de mejorar la perfusión y la contractilidad del miocardio dañado.32
Es importante demostrar que las células implantadas se han integrado al nuevo microambiente, que tienen las características estructurales y bioquímicas del tejido en que se han transformado, que han sobrevivido y que han adquirido las funciones del nuevo tejido, así como que existe un acoplamiento electromecánico completo. Este acoplamiento entre el músculo cardíaco y las células implantadas, puede demostrarse por la expresión persistente de ciertas proteínas como la N-caderina y la conectina-43, que se expresan en los cardiomiocitos normales y que permitirían comprobar la invasión de la barrera del tejido fibroso por las células implantadas.33
Se conoce que en la MO existe una población celular muy heterogénea, aunque los diversos tipos de células progenitoras, así como los mecanismos de control de su función y diferenciación, aún no están bien comprendidos.34 Se encuentran progenitores hematopoyéticos (CD34+), precursores endoteliales (CD 133+), las células mesenquimales (estromales) (CD34-), otras denominadas como población lateral y las células progenitoras adultas multipotentes, conocidas por sus siglas en inglés como MAPC. Por lo tanto, de los diferentes tipos de células madre, las provenientes de la MO parecen ser, hasta el momento, las que han demostrado mayor capacidad de diferenciarse hacia fibras musculares cardíacas o a células endoteliales, y por este motivo, han sido las que se han utilizado en la mayoría de los estudios clínicos provenientes de diferentes países y publicados en los últimos 3 años.

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